martes, 8 de abril de 2008

8 abril dia Internacional del Pueblo GItano.


Diane Tong (ed.) Cuentos Populares Gitanos. Siruela. 2006. 228 p

Los cuentos populares, cuya autoría se disuelve y han sido transmitidos de generación en generación existen, con una riqueza impresionante, en la cultura gitana. Y corren el mismo riesgo de desvanecerse, con los entretenimientos nocturnos, como la televisión y el vídeo, que sustituyen las reuniones que cobijan la literatura oral.



Un viaje en tren, escuchando a la gitana Katina Makrí, convenció a Diane Tong de compilar y servir de editora a la rica muestra que se leen en Cuentos Populares Gitanos, que ha editado Siruela. Además estos cuentos, traducidos al español, representan a la institución más eficaz para preservar las lenguas gitanas. En la introducción de Tong nos explican estas y otras cosas sobre una cultura con la que convivimos y a la que, en ocasiones numerosas, se le hunde en la generalización y el cliché.


Son cuentos de extensión breve en su mayoría y provienen de países donde yo, inculto y profano en el tema romaní, desconocía que se hubieran instalado gitanos. Es una lista larga de países que quiero decir aquí, para dar cuenta de la mágica tradición cuentística que he descubierto gracias a este libro. Alemania, Argentina, Austria, Bélgica, Bulgaria, Canadá, Checoslovaquia, España, Estados Unidos, Estonia, Finlandia, Francia, Gales, Grecia (de donde proviene una buena porción de cuentos), Hungría, Inglaterra, Italia, Letonia, México, Moldavia, Noruega, Nueva Zelanda, Polonia, Portugal, Rumania, Rusia, Siria, India, Suecia, Turquía, Yugoslavia.
Érase una vez una gitana, que contó los cuentos que conocía y cautivó a una editora con su cultura. Con astucia. Algunos cuentos coinciden en el tema de “un gitano” pobre que venció a un payo con su astucia, ya sea porque lo obliga a responder “cuatro preguntas con un no” (El silbato mágico, de México), o porque le reta a ver quién tiene el “sueño más bello” (El Sueño, de Italia).


En muchos resalta la espiritualidad y el tema religioso, la presencia de Dios, y en otros la suerte. Alguno es triste y cruel y denuncia que, si el gitano no es astuto, otros (como el griego de “La anciana pareja y su cerdo”) lo serán. Como en todos los cuentos populares, hay una moraleja tras un lenguaje sencillo y una estructura bien delimitada.

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